La lingüística es una falsa
Mientras haya madres que piensen que no merece la pena transmitir la lengua familiar a sus hijos. Mientras haya padres que se comuniquen con sus hijos en una lengua que no dominan.
Mientras haya niñas que crezcan pensando que no saben hablar su propia lengua materna. Mientras haya niños que se avergüenzan de cómo hablan su propia lengua materna.
Mientras haya niñas que se rían de otros niños por cómo hablan su propia lengua materna. Mientras haya niños que se avergüenzan de cómo hablan sus madres. Mientras haya niñas que se rían de las madres de sus amigos.
Mientras haya hombres que sigan pensando que no saben hablar su propia lengua materna. Mientras haya mujeres que piensen que otros adultos no saben hablar su propia lengua materna. Mientras haya adultos que se rían de otros adultos por su forma de hablar.
Mientras haya profesoras que crean que su lengua no sirve para dar clase, Mientras haya periodistas que crean que su lengua no sirve para hablar en la tele. Mientras haya desempleados que crean que su lengua no sirve para las entrevistas de trabajo.
Mientras haya hombres que piensen que su forma de hablar hace menos inteligente a una mujer. Mientras haya juezas que dictan sentencias afectadas por la forma de hablar del acusado.
Mientras un comprador dé más importancia a la forma de hablar de la vendedora que a la calidad del producto. Mientras una empresaria tome decisiones según la forma de hablar del entrevistado y no su potencial como trabajador.
Mientras haya filólogos que olvidan que las formas de hablar «correctas» y «prestigiosas» derivan del poder socioeconómico de la persona y no de su inteligencia. Mientras haya hablantes que no lo sepan y se torturen por no poder hablar «bien».
Mientras haya activistas que desconozcan que la «buena gramática» reitera las relaciones históricas de poder. Mientras haya líderes que ignoren que «el buen uso de la lengua» es un eje oculto de discriminación estrechamente relacionado a la clase social, la raza, el estatus socioeconómico o el género.
Mientras haya lectores que no entiendan que la «falta» del título es una reivindicación. Mientra haya hombres que no entiendan que la ortografía no es igual para todos.
Mientras haya mujeres que ignoren que la ortografía también emana de la lengua de una clase social, raza y género específicos. Mientras haya filólogos que lo olviden cada cinco minutos.
Mientras nos preocupen más las tildes diacríticas o las preposiciones que los hablantes y su desarrollo emocional y personal…
Mientras, la lingüística será una falsa. La lingüística es una falsa.
foto: Jason Verwey
